6/2/13

Baklava de Nueces y Almendras


Hacía mucho tiempo que quería probar esta receta. La he visto en infinidad de versiones: con chocolate, con pistachos, con sésamo, con pasas... Hay tantas versiones como gustos existen; es decir, infinitos.

Así que, un buen día, que estaba aburrida sin saber que hacer con mi vida, miré en la despensa y vi una bolsa de nueces y otra de almendras que nos habían regalado y se me encendió el piloto automático. Enfilé hacia la nevera y ahí lo vi: un estupendo y reluciente paquete de láminas de pasta filo que tenía guardado con intención de hacer unos rollitos de primavera que tanto le gustan al Carioqui. Y me dije: "Bah, paso de los rollitos, yo voy a hacer un baklava que seguro que le gusta más", y dicho y hecho.

Bueno ¿y qué es un baklava? Pues un dulce de origen antiguo y bastante disputado y es que, aunque se remonta a la antigua Mesopotamia, los asirios ya hacían una versión primitiva a base de capas de pan, nueces y miel. Más tarde, los mercaderes griegos que iban a comerciar a Asiria se fijaron en este delicioso dulce y se llevaron la receta a Atenas, donde, gracias a sus avanzadas técnicas pasteleras consiguieron amasar las capas hasta dejarlas del grosor de una hoja. A partir de aquí ya entramos en conquistas, invasiones y demás, que han contribuido a que el baklava sea un dulce surgido de la mezcla cultural y del paso de los siglos. Y aunque popularmente creemos que tiene un origen árabe, no es así porque tradicionalmente se hacía con 33 capas de masa filo haciendo referencia al número de años de Jesucristo en la tierra. Cuanto menos interesante, ¿no?

Aunque, seamos sinceros, lo que interesa aquí es saber como se hace y no quién lo inventó, así que si queréis ver mi versión, seguid leyendo :)





Para el almíbar:
  • 100 ml. de agua de azahar
  • 100 ml. de agua mineral
  • 150 gr. de azúcar 
  • 80 gr. de miel
  • Zumo de medio limón

Para el baklava:
  • 1 paquete de pasta filo
  • 150 gr. de mantequilla
  • 200 gr. de nueces peladas
  • 200 gr. de almendras
  • 1'5 cucharadas de canela molida
  • 50 gr. de azúcar





1. Para hacer el almíbar, ponemos todos los ingredientes en un cazo a fuego fuerte hasta que empiece a hervir. Bajamos el fuego y lo dejamos cocinando unos 15 o 20 minutos. Reservamos.

2. Pre-calentamos el horno a 180º.

3. Ponemos los frutos secos en la picadora y los dejamos del grosor que queramos luego encontrarlos en el pastel. Yo los he dejado algo gorditos. Mezclamos con la canela y reservamos.

4. Untamos de mantequilla la fuente que vayamos a usar y cortamos las láminas de filo a la medida de ésta. Las reservamos tapadas con un paño húmedo para que no se sequen.

5. Fundimos la mantequilla en el microondas con cuidado de no quemarla y empezamos a montar las capas del baklava: ponemos una lámina en el fondo y la pincelamos con la mantequilla por la cara de arriba. Ponemos 7 láminas más untando siempre la cara superior, así obtenemos una primera tanda de 8 láminas.

6. Extendemos encima la mitad de los frutos secos picados.

7. Ponemos una lámina de pasta filo pincelada de mantequilla por las dos caras encima de los frutos secos. Añadimos 3 láminas más siempre untando de mantequilla la cara superior. De esta manera, obtenemos una segunda tanda de 4 láminas.

8. Extendemos la otra mitad de los frutos secos picados.

9. Volvemos a cubrir con una lámina untada de mantequilla por los dos lados. Añadimos 7 láminas más untadas de mantequilla por la cara superior. Así tendremos una tercera tanda de 8 láminas.

10. Cortamos el baklava en porciones cuadradas, rectangulares o de la forma que queramos, ayudándonos de un cuchillo bien afilado y horneamos durante 45 minutos. Si vemos que se está dorando demasiado, podemos taparlo con papel de aluminio a mitad de la cocción.

11. Sacamos del horno y dejamos reposar 5 minutos, tras los cuales verteremos el almíbar por encima empapando bien el baklava.

Y listo!

Parece lioso pero es muy sencillo. Debemos tener: 8 láminas de filo + la mitad del relleno + 4 láminas de filo + la otra mitad del relleno + 8 láminas de filo; y entre cada lámina una fina capa de mantequilla.







La verdad es que estaba riquísimo! Súper jugoso y nada empalagoso. Yo tenía muchas ganas de probarlo desde que hace unos meses lo vi en varios blogs con esto del círculo Whole Kitchen, al que, por cierto, estoy pensando si unirme o no porque hacen unas recetas muy ricas. Así que nada, me puse a indagar y acabé cogiendo ideas de aquí y de allá, aunque he de decir que me fijé más en la receta de Sandra del archiconocido blog La Receta de la Felicidad, adaptándola, eso sí, a mi versión sin chocolate.

Espero que os haya gustado y os recomiendo que lo probéis porque está realmente bueno :)

Besitos y nos seguimos leyendo.



2 comentarios :

Anónimo dijo...

Hola carioquis,me encanta esta receta,tiene una pinta que te....Ademas no la habia oido nunca.Este fin de semana creo que la hare y ya te contare.Un beso grande grande.Tu mami

Montes ManzanayCanela dijo...

Que pinta! Esas laminitas y ese relleno... Ñam, guardadme un poco!
Besos!
Montes

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